Saturday 14 September 2013

Capitulo 57

Los 3 chicos regresaron a su conversación.
-Entonces, ¿es aquí? ¿aquí trabajas?-
-No puedes estar aquí-
-Sí puedo, un té por favor-
Se sentó en una de las mesas, soplando en sus manos a causa del frío.
Serví su té y seguí mi camino, llegué a la parte trasera donde las otras 2 chicas reían y platicaban.
-Ooh Evangeline, ¿lo estás atendiendo?-
-¿A quién?-
-A John Lennon-
-¿A ese idiota? Por desgracia, sí-
Ambas se voltearon a ver.
-Debí saberlo- dijo una.-No te agrada, obviamente no eres su tipo-
-Obviamente, no- dije.-Puedes atenderlo-
Cuando volví a salir de la cocina el cabrón estaba coqueteando con amabas.
-Evangeline, ven- me llamó la menor, Suzanne.
Me acerqué.-¿Sí?-
-Quiere conocerte; John, ella es Evangeline-
-Hola, ¿a qué hora sales de aquí?-
-Nunca-
-Termina en 40 minutos-
-¿Sé puede ir ahora?- preguntó él.
-Tengo que marcar- dije.
-Puedo hacerlo por ti- contestó Joyce de inmediato.
Había perdido, mire mal a los 3; a regañadientes les entregué mi tarjeta.
-Ve por tu abrigo- dijo John.
Salí del café para encontrarlo apagando un cigarrillo.
-¿Dónde has estado?- caminó a mi lado.
-Por ahí-
-¿Con quién has estado?-
-Con alguien-
-Déjate de juego Evangeline, no estás en posición para bromear-
-Ni tu-
-¿Qué estás diciendo?-
-Ese día en The Grapes, estabas con alguien-
-¿Y? Sólo es una chica, tú estuviste coqueteando con Johnny Byrne toda la noche-
-Eso es mentira, ni siquiera te diste cuenta de que yo estaba ahí-
Encogió los hombros.-¿Qué quieres que diga?-
Resoplé.-Déjalo ya- pasé mi mano por mi cuello.-No puedo seguir viviendo contigo-
-¿Qué diablos te pasa?-
-Y creo que... debemos terminar, ahora y definitivamente-
NARRACIÓN NORMAL
John soltó un grito de desesperación y levantó los brazos.
-¡Todo esto por una puta chica!- exclamó, causando que todos sé detuvieran a verlos.
-Baja la voz, y no es por eso, es cosa mía, no tuya-
-¿Te volviste loca? ¿Estás en tus día especiales?-
-No-
Ella siguió caminando y John corrió tras ella.
-Realmente estoy intentando no asustarte, ni gritarte, ni...- dijo él.
-Gracias, supongo- le dijo Flo, deteniéndose de nuevo.
Él la envolvió en un abrazo y acarició su cabello.
-No lo dices en serio ¿o sí?-
Florence le respondió el abrazo y besó su mejilla.
-Siento haberme portado así-
-¿Entonces estamos bien?- ella asintió- Cielos, estás loca, ¿lo sabías?-
NARRACIÓN EVANGELINE
Ese mismo día fuimos por mis pocas cosas a casa de Johnny y regresé al departamento.
Las cosas volvieron a lo más normal que sé podía entre ambos, continué acompañándolo a sus recitales a pesar de Paul; ahora él único problema era los coqueteos incesantes conmigo por parte de los chicos en estos recitales; él llamaba un poco mi atención pero no me decía más, ya que ahora sabía que era capaz de dejarlo.
Sólo hacía un comentario aquí y allá; como en una ocasión, que nos besábamos detrás de un club después de un recital.
-Escúchame- me dijo, aun mientras me besaba.-Te diré algo- subió mi falda y metió su mano, causando que yo cerrara los ojos y apretara los dientes.
-John...-
Subió sus labios a mi oído.-Eres mi chica, y si te veo con alguien más, me vuelvo loco, y te rompo tu lindo cuello, sé que no es justo, pero así son las cosas, ¿entiendes?-
En mi mente, cientos de voces de feministas me decían que los mandara a la mierda y le dijera que así no eran las cosas conmigo, pero ese no era momento para ideales, lo que estaba haciendo debajo de mi falda se sentía increíble.
-Sí Johnny-
-Buena chica-

Él día era 27 de Septiembre, tenía que ir con John a un recital, fui, pero no estaba muy convencida porque todo él día sé la pasó molesto y no iba yo a conocer a nadie ahí.
Él recital parecía ir muy mal, sólo 18 personas sé presentaron, entre ellas un rostro familiar.
-Evangeline, ¿cierto?-
Era él chico de la biblioteca.
-Sí, ese día no me dijiste tu nombre-
-Neil-
-Hola Neil, ¿vienes a escuchar a la banda?-
-No, acompaño a unos amigos, además, no les va muy bien-
Sí sé veía mal y los cuatro estaban claramente disgustados.
-Otras noches les va excelente- le dije.
-¿Los ves siempre?-
-Sí, todos los días-
-¿Los conoces?-
-Sí, John es mi...-
-Ooh con que hablando con Bess-
-Hola Terry- le dije al chico; era una molestia, lo veía en casi todos los recitales y me coqueteaba descarada y asquerosamente.
Poco a poco sus amigos fueron llegando a la mesa, uno peor que él otro; los detestaba intensamente y la mirada de John desde él escenario me decía que  ni ellos ni yo éramos sus personas favoritas en esos momentos.
Descansé mi cabeza en mi mano, quería estar en cualquier otro lugar menos ese, deseaba incluso estar lejos de Liverpool y de la escena del rock and roll que me aburría intensamente; quería hacer otra cosa aparte de seguir a John por todos los clubs del norte de Inglaterra, Paul tenía razón: era patético.
-Es hora de irte, despídete de tus amigos-
John estaba parado a mi lado, cubierto de sudor, su voz escurriendo con sarcasmo y sus ojos llenos de furia.
-No son mis amigos- dije firmemente.
Me paré de la mesa y Neil notó esto.
-¿Te vas?- preguntó, a lo cual sólo asentí- Bien, nos vemos después-
Deseé que no hubiera dicho eso; eso implicaba que nos veíamos seguido y lo menos que quería es que John pensara que me veía con alguien.
No le respondí y seguí a John y a los chicos por la calle, escuchándolos quejarse y sintiéndome aún patética.
-¿Ahora que?- dijo George-
-Yo me voy a casa- murmuró Pete Best.
Le lancé una sonrisa al chico tranquilo y él hizo igual al verme, John interceptó esta mirada y lo vi mucho más molesto.
-Vamos al Blue Angel- sugirió Paul.
-Seguro- dijo John.-Esperemos a que vengan por las cosas-
Best sé fue, no tenía tiempo para esperar a un transporte; Paul y los otros dos quedaron hablando y vi esto como mi oportunidad.
-John- tiré de su abrigo.-Me voy yo también-
-Vamos al Blue Angel- dijo en lo que sonó a una orden.-¿Por qué siempre quieres estar en ese maldito departamento?-
No sabía cómo explicarle que estaba harta de seguirlo y de ser ignorada, que no toleraba ver como las chicas sé lanzaban sobre él, que tan solo la idea de ser forzada a convivir con esa gente me hacía vomitar, que odiaba cada segundo que estaba ahí... no sabía como decirlo, así que solo encogí los hombros.
John y los demás confiaron sus instrumentos con él conductor de la pequeña van que los llevaba por todo Liverpool y subimos a un autobús, para de nuevo ser ignorada por John.
-¿Te sientes bien?-
George sé sentó en él asiento delante de mi.
-Sí-
-Te ves amarilla-
-No puedo respirar-
-Pon tu cabeza en tus piernas-
Lo miré, pensando que bromeaba pero no lo hacía.
Hice como me dijo pero igual me sentía mal, quería irme, y estaba experimentando dolor físico porque no podía hacerlo.
Llegamos al estúpido Blue Angel y sí, tal como lo adivinaron, me senté casi en una mesa parte mientras John y los demás se pusieron ebrios casi al instante. La música alta y sin sentido me taladraba en él cerebro y no podía escucharme pensar, rechacé a los idiotas que sé acercaban con palabras más fuertes que lo normal.
-¿Quieres bailar?-
George no estaba tan ebrio, y lo sabía distinguir por su sonrisa, era refrescante que alguien sobrio me hablara.
-John...-
-Ni lo notará-
Era cierto, sé había encontrado con algunos amigos.
-Lo haremos allá-

NARRACIÓN NORMAL
A pesar de lo que pensaba Evangeline, nada de lo que hacía pasaba desapercibido por John; mucho menos después de que Paul le señaló que bailaba con George.
Después de que bailaron, George, siendo la persona educada y amable que era, se ofreció a acompañarla en su mesa y se sentaron, a platicar animadamente.
-Me importa un carajo Paul- fue la respuesta de John.-Ven cariño, siéntate aquí-
Paso a una de las chicas a su regazo para después coquetear con ella.

NARRACIÓN EVANGELINE
-No puedo creerlo, ése bastardo- dije entre dientes.
-¿Disculpa?-
-Tú no, John-
Estaba sobre la zorra esa, sus manos por todas sus piernas mientras la idiota reía como la idiota que era, era obvio que él estúpido tenía una mano casi dentro de su falda.
Me paré sin escuchar a Harold, esto era suficiente, llegué a la mesa usando mi sonrisa más falsa.
-Hola chicos- dije encantadoramente, o bueno, lo más que pude.-¿Ella viene con alguno de ustedes?-
Todos sé voltearon a ver estúpidamente y sacudieron la cabeza.
-Bien, párate- le dije a ella, aun con mi sonrisa.
-¿Qué?-
-Ya me escuchaste, arriba-
Me miró, aún no entendiéndolo, y la maldita mirada de Lennon, me miraba como si me estuviera desafiando.
-Puta estúpida, párate-
Tomé un trago al azar y vertí él contenido sobre ella, quién al instante sé paró.
-A eso me refería cariño- dije tranquilamente.
Ella corrió hacia él baño y John sé paró, temblando de rabia.
-Maldita idiota- me espetó.-¿Estás loca?-
No podía contestar eso, posiblemente lo estaba. Di la media vuelta, dejando todo detrás de mi; increíblemente, él frío no me calaba, y las voces de la gente no se registraban en mi mente.
-Te llevaré a casa-
George tomó mi brazo, lo pude ver pero no lo sentía, no sabía si estaba alucinando. Tomé su mano y la apreté, quería sentirla.
-Tranquila, estoy aquí- dijo.
Llegamos al departamento y encontré la llave de repuesto.
-Me sentiría mejor si no te quedas- dijo.-Puedes venir conmigo, mis padres están enamorados de ti, no les molestará-
-Gracias, me quedo aquí, seguramente John llega hasta mañana-
Lo abracé rápidamente y entré sin decir algo, cuando cerré la puerta me di cuenta de que mi respiración era agitada, apenas podía ver bien, quizás estaba teniendo una crisis nerviosa. Me senté en él suelo, y abracé mis piernas.
El silencio que reinaba solo duró un minuto, la puerta sé abrió ruidosamente y entró John, lívido y maldiciendo.
-¡¿Dónde diablos estás?!- gritó.
Pasó a mi lado y no me vio hasta que volteo de nuevo.
-¡Ven acá!-
Ignorándolo me paré y me dirigí casualmente hacia la habitación, no fue sino hasta que lo vi de nuevo que me di cuenta de lo furioso que estaba, su rostro estaba rojo y sus labios pálidos, seguía parpadeando mucho, jamás había visto a alguien tan molesto.
Comenzó a correr para alcanzarme y fue cuando los alarmas sé dispararon en mi mente, traté de llegar primero para cerrar la puerta pero fue demasiado rápido y entró.
Con cada paso que daba me gritaba aun más y arrastraba las palabras, esto combinado con su acento hizo que no lo entendiera muy bien.
-¡George acaba de irse!- gritó.
-¿Qué insinúas? Sólo me acompañó-
-¡No me mientas!-
-Deja de gritar, yo soy la que debería estar molesta, tú eres él que estabas manoseando a alguien, eres un bastardo-
-Y tú una puta-
Automáticamente le di una bofetada, puse mi mano sobre mi boca.
-Perdón, no quise...-
Su puño cruzó mi rostro, levanté mis manos para alejar las de él pero obviamente era más fuerte.
Lo empuje pero esto solo causó molestarlo más, él en cambio me empujo y arrinconó contra la ventana.
-Eres una perra, eres un estúpida Evangeline-
Tapé mi cara con mis manos.-¿Qué estás haciendo? ¡Te estoy hablando! ¡Quita tus manos!-
-Basta, déjame en paz- dije, mi voz ahogada por él llanto.
-Así es, ¡llora! ¡Es lo único que sabes hacer! ¡Todo el maldito día estás llorando! ¡pues estoy harto de esto!-
Está vez su golpe me tomó más por sorpresa, fue directo en mi rostro y él dolor era indescriptible y agonizante, traté de hablarle para pedirle que parara pero solo lloraba y lo hacía enfadar más.
Caí de rodillas para esquivarlo, ya que no paraba y bajé mi rostro; fue cuando noté las gotas de sangre en el piso, levanté mi mano a mi cara y estaba húmedo, aunque también podía ser por las lágrimas. Puse mi mano sobre mi nariz y grité, él dolor ahí era insoportable y parecía ser de dónde estaba sangrando. Mi estómago comenzó a temblar y las náuseas se apoderaron de mí, corrí al baño rezando para que no me siguiera. Me mantuve sentada a un lado de la taza de baño, inmóvil y cayendo en cuenta de lo sucedido.
-Evangeline...- su voz temblorosa vino desde la puerta.
Apenas podía oírlo, mi cabeza iba a explotar y mi cara pulsaba con dolor, hice un mueca de dolor.
-¿Qué es?-
-Mi nariz-
-Creo que está rota, ¿puedo ver?-
Asentí y sé arrodillo enfrente de mí, tocándola un poco.
-Agárrate fuerte- dijo.
Juzgando por él crujido, la acomodé y lloré de él dolor, pero recordé que eso lo molestaba y sequé mis ojos.
-Está bien- dijo.-¿Quieres tomar un baño?-
-Quiero estar sola-
Ignoró mi petición y comenzó a llenar la tina con agua.
-Ven aquí-
Tomó mis manos y me ayudó a pararme, me quedé ahí parada, en medio del baño.
Suspiró y bajó él cierre de mi vestido y lo removió, jamás en la vida volvería a usar ese maldito vestido. Quitó mi sostén y demás, pero no había nada sexual en lo que hacía, me recordaba a cuando yo era una niña y mi madre me tenía que bañar; y aun era un niña, una estúpida niña jugando a ser adulta e involucrándose en situaciones que iban más allá de lo que era capaz de manejar.
Mientras estaba en la tina, deje que mi mente navegara y pensara en cosas tontas como lo que estaba haciendo Pete o lo que había hecho Agatha de cenar.
-Florence- susurró John.
-Hm-
-Lo siento-
-Sí, está bien-
-No, realmente lo siento,  perdón, te amo, te amo más que nada, ¿sabes eso? te amo-
Lo miré directamente a los ojos.
-Te amo John, he dicho que está bien-
Después de él baño estaba acostada en la cama, mirando él techo; nadie jamás me había golpeado en mi vida, ni de broma. Siempre había intuido que algo así pasaría, era su temperamento, aunque esto no lo libraba de nada, lo había hecho y me había lastimado, no solo físicamente y no sabía qué hacer al respecto. ¿Dejarlo? quizás esta vez: no.






Sé que había dicho que subiría desde antes pero soy una floja y debía corregir muchas cosas en este capitulo y no había querido hacerlo porque lo reitero: soy una floja. 
Lean y comenten, espero y sea de su agrado, ya saben, la crítica constructiva siempre es bienvenida. 

Saturday 7 September 2013

Capitulo 56

Como le había dicho a John que fuera a casa de Paul, fui allá, aún temblando de ira. Paul estaba en su patio jugando fútbol con su hermano Mike.
-Hola Bess, ¿qué hay?- dijo Mike cuando me vio.
-No mucho Harry; hola Paul-
-Hola-
-Sé que quizás no pero, ¿John está aquí?-
Paul dejó de patear el balón y llegó a donde yo estaba.
-¿Dijo que estaría aquí?-
-Quizás-
-Bess, creo que debes dejar a John tranquilo-
-¿De qué hablas?-
-Sí, deja de seguirlo-
-No lo estoy siguiendo, sólo quería saber si estaba contigo, joder Paul, ¿qué te pasa?-
-¿Qué te pasa a ti? Sólo se acuesta contigo y actúas como su esposa, no lo eres-
Me reí.-¿Celoso?-
-¿De qué?-
Encogí los hombros.
-Como te atreves... ¿insinúas que yo...?-
-Me atrevo porque es lo que veo, piensa lo que quieras Paul, no te quitaré a John-
Me alejé de él con una amable sonrisa.
Para él final de ese mes, las cosas empeoraron con Paul. Comenzó todo casi como una broma, uno o dos comentarios por parte de ambos y gradualmente se convirtió en un gran problema.
-Sabes Evangeline, no te mataría ser amable con Paul de vez en cuando- me espetó John, un día que regresábamos de un recital suyo.
-Creo que no iré a tus recitales- mascullé.
-No dije eso-
-Sé que no, pero a él no le agrada-
-Evie.-John cerró los ojos-¿Qué? No hagas esto, Paul es tu amigo-
Encogí los hombros y por ese día, no sé dijo más del tema.
Para mediados de ese mes, John hizo un hábito de llevarme a todos sus recitales y a la mayoría de sus ensayos.
Esto no me gustaba en absoluto; sí, me gustaba estar con John pero sabía que estaba metiéndome donde no debía, no era mi lugar estar ahí y además, era incómodo con George ahí.
-Vamos Bess, es hora-
Estaba ocultándome en él diminuto baño, pero infortunadamente era el peor lugar para hacerlo.
-Me quedaré aquí hoy-
-Es día de ensayo-
-Es tu día de ensayo, no mio-
-No te pongas difícil-
-Estaré ocupada-
-¿Haciendo qué?-
-Tengo algo así como una entrevista de trabajo...-
-Oh- sonrió y se frotó la frente con una mano.-No- su sonrisa se borró.
Rei forzosamente.
-Como puedes ver, se me hace tarde a mi también-
Bloqueo mi paso con una sonrisa.
-¿Pasa algo John?-
-Sé que no gano mucho con esto.-hizo un gesto a su guitarra-Pero puedo seguir pagando este lugar-
-No puedes gastar sólo en eso-
De nuevo sacudió la cabeza.
-Sólo quiero hacer algo, no estaré estudiando ya y... no sé-
-Se hace tarde, debo irme... escúchame Ev,quédate aquí, si no quieres ir al ensayo  bien, pero no te vayas-

NARRACIÓN JOHN
Debo admitir que mi hora de llegada no era aceptable, incluso yo sabía eso, pero que diablos, vivía solo para poder hacer cosas así.
Abrí la puerta y vi que el reloj marcaba las 4 de la madrugada, encendí la luz para encontrar que Ev sé había quedado dormida leyendo un libro en el único sillón. Intenté no hacer ruido pero fallé fantásticamente.
-¿John?-
-Sshh...-
-Hueles a alcohol, apestas más bien-
-Puta madre, jódete Evangeline, no comenzarás a actuar como Mimi-
-Claro que no, sólo fue un comentario maldita sea- respondió con una mirada oscura.
Cuando entré a dormir ella estaba ya dormida.
-Ev- la sacudí un poco.
No me contestó.
-Vamos- me recosté a su lado y besé su hombro, poniendo una mano en su trasero.
-Oh...- hizo una mueca reprobatoria.-Hoy no, no estoy de humor-
-¿Qué?-
-Estoy cansada- susurró.
Le quité las manos de encima y suspiré.
-¿John?- preguntó después de mucho rato-
-¿Ahora que?-
-Me dieron el empleo-
-Hm-
-Sé que dijiste que no, pero la paga será aceptable y...-
-Haz lo que quieras-
-Sólo estaba comentando-
-¿Qué quieres? ¿Un trofeo?-

NARRACIÓN EVANGELINE
Desperté al día siguiente, era tempranísimo y había dormido incómoda; después de que John se había dormido me fui al sillón. Doblé las cobijas y me alisté para ir al trabajo; había hecho casi de todo para no tener que trabajar de mesera, a mis ojos era muy cliché junto con toda esta situación.
Camino al trabajo la oferta de papá me daba vueltas en la cabeza; era mucho compromiso vivir con John, y sabía que él pensaba parecido, no estábamos hechos para una relación así, nosotros no, no podía tolerar lo voluble que era y por una razón u otra sólo era cuestión de tiempo para que uno de los dos saliera huyendo.
Llegue a la cafetería, estaba justo sobre Maryland Street y se llamaba “Whirley´s Café”, generalmente era un lugar tranquilo, pero en las tardes se llenaba de jóvenes; por ahora, como era nueva, trabajaría el turno de la mañana y quizás al final de la semana, me daban tiempo completo.
La señora Clarke (quien era esposa del dueño) me explicó como se hacían las cosas y me presentó con las 2 otras chicas que trabajaban conmigo, ambas eran uno o dos años mayores que yo.
Era el turno de la mañana, pasó sin sobresaltos y los nervios iniciales por ser “el primer día” y todo eso, se disiparon.
Eran las tres de la tarde cuando salí, y me dirigí a la casa de Agatha, afortunadamente ella abrió la puerta. Su rostro se llenó de alivio cuando me vio.
-¿Estás ocupada? ¿Están Peter o Henry?-
-Henry está trabajando y Pete esta con la tía Helen en Manchester, pasa-
Así me pasé la primer semana, me iba de ahí a las 7:30 y cuando llegaba al departamento descubría que John se había ido a un recital o algo así.
El sábado no pude seguir con mi rutina ya que Henry salía temprano, la señora Clarke me había dicho que él Lunes podría comenzar otro horario más completo porque me necesitaban en la tarde.
En el departamento encontré a John con sus amigos, comenzaba a sentirme incómoda con él, no sabía si era mi novio o un chico con el que vivía para tener sexo. Era difícil entrar sin ser notada debido a lo diminuto que era él lugar; en cuanto entré los ojos de todos se posaron en mi, le sonreí nerviosamente en saludo y fui a buscar mi libreta para dibujar, iría al parque y me la pasaría ahí.
-Está debajo de la cama-
Gire para ver a John en la puerta de la habitación.
-Tu libreta ¿no?, esta ahí-
Me fije y en efecto, ahí estaba.
-Gracias- murmuré.
-Espera, no te he visto toda la semana, ¿a dónde vas?-
-A dibujar algo-
-¿Por qué no...-
-Estás con tus amigos-
-¿Hacemos algo más tarde?-
-Quizás-
Pero más tarde cuando llegué, no lo encontré ahí; sin embargo, me dejó una nota, estarían en the Cavern y después en the Grapes.
Cuando terminé de arreglarme fui hacia este último lugar, llegué con la firme intención de disculparme con John por tener el empleo y por ser tan fría con él, pero cuando lo vi cambié de opinión. Él y los chicos estaban rodeados de chicas, incluso una de ellas estaba en el regazo de él, y para empeorarlo, Bernadette estaba ahí.
-¡Bessie!-
Un Ritchie algo ebrio me gritó desde su mesa, finalmente alguien amable; me dirigí hacia él y Johnny “Guitar” Byrne, él guitarrista de los Hurricanes silbó.
-Vaya- dijo- Hoy estás excelente-
Me jaló hacia él así que me senté a su lado.
-Hola Rich, hola Rory, ¿sólo son ustedes 3 hoy?-
-Sí- dijo Alan.-Es algo tranquilo-
-No como los Beatles- dijo Richard.
-Oye, ¿qué tú no estás con John?- preguntó Johnny.
-Sí-
-¿Y esa chica...-
-¿Tomas algo?- me preguntó Rory, pisando el pie de su amigo por su insensibilidad.
-Lo mismo de siempre- le sonreí agradecida.
Al pasar las horas y los tragos, la plática se tornó más amena e incluso él tartamudeo inicial de Alan desapareció.
-Ev- dijo él, terminando otro trago.-Escuchamos que vives con John-
-Sí- dijo Johnny.-Cuéntanos sobre eso- hizo como que ponía un micrófono frente a mi.
-Gracias Rory-
Normalmente, ni en mil años le habría contado todo lo que había pasado a mi ex-novio y a sus amigos pero él alcohol es un deshinibidor y en ese momento ya todo me importaba una mierda.
La historia, que había sido tan dramática, ahora, bajo los efectos, me parecía la cosa más graciosa del mundo; por eso es que cuando escuché mi nombre, volteé con la sonrisa más estúpida del mundo.
Era George con Thomas, un amigo de John, ambos cargaban bebidas.
-Aquí estás- dijo Tom.-John te ha estado esperando toda la noche-
-John está bastante bien sin mi- dije sonriendo.
-Evangeline, ¿quieres que te lleve a casa?- me preguntó George, preocupado por mi ebriedad.
Byrne y Alan hicieron sonidos de desaprobación en respuesta a George.
-No, gracias, como puedes ver, el público me aclama-
Esto lo hizo sonreír.
-¿Quieres bailar?- preguntó.
-Claro-
George habló bastante mientras bailábamos pero no recordé ni la mitad, solo recuerdo que reí mucho. Habló de Bernadette y John y acarició mi cabello, posiblemente se disculpó, pero todo estaba ya olvidado cuando yo regresé a la mesa.
-Estoy cansada- le dije a Alan.
-Lo imagino. He pensado sobre tu problema-
-¿Cuál?-
-Con Lennon, todo no va muy bien-
-¿Quién te dijo eso?-
-Tú-
-Ah-
-Entonces, si quieres, puedes quedarte en casa de Byrne, su madre es una señora sensible y su padre salió, eso es por hoy; Rich dice que puedes quedarte con él, pero si no resulta, creo que tengo dinero para alquilarte un lugar-
-Alan, ¿hablas en serio?-
-Sí Evangeline, ¿por qué lloras?-
-Eres la persona más amable que conozco- abracé- Te amo Alan, ¿sabes eso? te amo-
Al día siguiente desperté con una terrible y asquerosa jaqueca; abrí los ojos, no tenía noción de dónde estaba. Una de mis bolsas estaba a un lado de mi, llena de mi ropa. Sólo recé para que no resultara que me había acostado con alguien.
-Pensé que estabas muerta-
Era Johnny, él amigo de Alan, hice un sonido entre un gruñido y un suspiro para desplomarme de nuevo sobre él colchón.
-¿Qué hago aquí?- pregunté.
-No quieres estar con John y te traje aquí, convenciste a mi madre a las tres de la madrugada, no sabía que eras actriz-
-Ni yo-
Ambos reímos.
-Maldita sea, Lennon va a estar tan molesto- murmuré.
-Sí que lo estará, pero ya que estás aquí, mejor desayuna-
Resultó que Alan no exageraba y la señora si era muy sensible, me dejó quedarme la semana así que el Lunes me fui a trabajar, tenía un turno algo cansado, de las nueve de la mañana a las nueve de la noche, pero así estaba mejor, molestaba menos a la señora Byrne.
Después de las seis se llenó el lugar (infortunadamente para mi) con jóvenes; tuve que soportar a idiotas lanzándome cumplidos con falsas sonrisas, si no hubiera sido porque estaba trabajando los mandaba a la mierda con una bofetada en la cara, pero no podía hacer eso.
-Dulzura, otro café aquí-
-Enseguida- dije con una sonrisa falsa.
-¿A qué hora terminas aquí?-
-Por quinta vez, gracias pero no gracias-
-Sólo quiero saber corazón-
-Hey idiota, consiguete la tuya, ¿quieres?-
-Lo siento John, no sabíamos...-
-Ahora lo saben-





perdón por tardar mucho en subir, tengo mucho que hacer en la escuela pero aquí lo tienen ya, disfruten c: