Monday 9 December 2013

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Hola hola queridas lectoras, este comunicado será muy breve, no está relacionado en absoluto con ningún tipo de problema, al contrario, es algo muy bueno: acabo de empezar una nueva fic y me gustaría mucho que me dieran su opinión sobre ella, ya que siempre he valorado su opinión, les dejo el link a continuación: http://goodgonegirlfic.blogspot.mx/
Ahí lo tienen, espero y sea de su agrado, muchas gracias :D

Tuesday 29 October 2013

Capitulo 58

-Evie querida, Mimi quiere que vaya, ¿quieres ir?
-¿Por qué querría ir?
Permanecí acostada mientras cerré mi diario.
-Pensé que querrías salir.
-¿Y qué a alguien le de un infarto al verme?
Se mordió el labio.
-Tardo menos de una hora.
Me besó con cuidado y salió corriendo. Me paré y fui a la cocina, evitando espejos. Habían pasado ya dos días pero aún me sentía como mierda.
Me senté ahí a comer Corn Flakes, que era el desayuno, almuerzo, y cena ahí.
Pasó una hora exactamente cuando John volvió corriendo de nuevo pero esta vez con Paul.
-Oh no, joder Bess, ¿qué te pasó? ¿estás bien?- preguntó Macca, mordiéndose el labio.
-Estoy bien Paul- noté la mirada que le lanzó a John y reí.-Nada de eso, ese día que me vine del Blue Angel unos Teds me detuvieron.
-¿Cuándo?
-Cuando fuimos al Blue Angel, hace dos días.
-Pero George te trajo.
-Y estúpidamente me salí a buscar a John.
-En fin.-interrumpió John.-¿Quieres saber lo que dijo Mimi?
-No.
-Es estupendo, vamos; mi tío murió.
-No veo cómo eso es bueno, Lennon.
-Me dejó dinero, ¿puedes creerlo? apenas y lo conocía y me dejó bastante dinero.
-¿Qué? ¿Y qué harás con el?
-Qué haremos con el- me corrigió, alegre.-Nos vamos mañana.
-¿Quienes?
-Tu, yo, y Paul.
-¿Qué?- dijo Paul.-¿Por lo menos puedo saber a dónde voy?
-A París, claro.
Me sonrió ampliamente y ahí lo supe, era su manera de disculparse conmigo, y de paso “castigar” a George (ya que lo culpaba por lo sucedido) se llevaría a Paul, pero no a George.
-¿Puedo ver a Jurgen?- pregunté con cierto temor.
-Por supuesto, ¿dónde diablos crees que vamos a quedarnos?
Bajé mi cabeza y sonreí, iba a ver a Jurgen y eso quería decir que vería a Siegfried, iba a ver a Engelbert y eso me reconfortaba inmensamente.

-¿Tienes tu pasaporte?
-Sí.
-¿Sabes a dónde ir?
-John, he visitado París miles de veces.
-Excelente.
Se paseaba nerviosamente por la estación de tren; re acomode mi peinado y aplique más maquillaje a mi rostro, a pesar de que ya me había puesto kilos se veía horrible mi rostro.
-Te ves magnífica.
Elevé la vista y sonreí.
-Gracias.
-Te ves excelente.
Me abrazó y besó.
-Te amo Ev, ¿sabes eso? te amo.
-Igual yo John.
Acaricié su cabello y tocó mi mejilla.
-Lo siento.-murmuró- Yo no quise hacerlo.
-Olvídalo ya, mira ahí está Paul.
Éste llegó con su equipaje y sonrió.
-Hola, ¿nos vamos o qué?
Todo el camino a la estación de Londres, John se la pasó conversando con Paul y yo me dormí, estaba agotada y llevaba literalmente semanas sin dormir bien, desperté para cambiar de tren y saqué algo de leer, cuando me cansé de eso miré por la ventana.
-Iré al baño.-anunció John-¿Necesitas algo Florence?
-¿Del baño? No creo.
-No del baño.
-Estoy bien.
Me quedé con Paul y regresé mi vista a la ventana, dónde la lluvia comenzaba a caer.
-Siento lo que te pasó.-pasó saliva y señaló mi rostro.
-No pasó nada, sólo fue un susto.
-¿Crees que Siegfried te crea eso?
-Siegfried está paranoico, y debería, porque es la verdad.
-Todos sabrán que John lo hizo.
-¿Cómo sabes?
-Por sus nudillos de él, y si no me equivoco, te rompió la nariz.
-Lo sé.- susurré-Cállate ya.
John regresó y los dejé continuar con su conversación; a pesar de que intentaron incluirme me rehusé, sólo quería llegar ya y ver un lugar familiar.
En cuanto llegamos a la estación de París bajamos del tren corriendo, tenía ganas de besar el suelo.
-¿Y ahora Ev? ¿taxi?- preguntó Paul.
-¿Bromeas? Te costará una fortuna. Un autobús.
Los dirigí a esperarlo, era reconfortante escuchar a todos hablando francés; ignoré a ambos en camino al lugar de Jurgen.
-Si mi memoria no falla, bajamos aquí- dije casi después de una hora.
Sí, debía ser ahí, uno de los lugares más bohemios de París, lleno de estudiantes, intelectuales, pseudo intelectuales y artistas, todos muriéndose de hambre.

NARRACIÓN NORMAL
Al subir los últimos escalones se abrió la puerta de uno de los departamentos.
-¡Evie! Oh... te ves... horrible.
-Vaya, gracias.
-No fue un cumplido corazón, realmente estás horrible, ¿y qué le hiciste a tu cabello?
-¿Tres chic o tres fou?- le pregunté sarcásticamente.-Cállate Siegfried, no te vas tan fantástico que como crees.
Éste tomó a su amiga por la cintura e ignoro completamente a John y Paul, molestando al primero. Pero John sabía muy bien que debía soportarlo por el bien de Evangeline.
-John.-dijo el alemán.-Lleva las maletas de Ev.
Cuando finalmente lograron entrar al departamento, Florence estaba ya sentada platicando con Jurgen, quien al verlos los saludó efusivamente.
-¿Están cansados?
-Un poco- dijo Paul mientras John examinaba el lugar.

NARRA EVANGELINE
Todo el tiempo que había estado ahí sentía los ojos verdes de Siegfried sobre mí. Aún estaba cansada y me moría por hablar con él.
-Estás cansada.- declaró- Te enseñaré dónde te quedas.
-Si no te molesta.-habló John- Quiero quedarme con ella.
-Claro pero no creo que te irás a dormir ahora mismo, ¿o sí?
-Eh, no.
-Eso pensé; ven conmigo cariño.
Llegamos a la habitación y me dejé caer sobre la cama que me señaló, el cuarto en si era pequeño, pero él lo hacía funcionar. Se recostó a mi lado y apartó mi cabello de mi rostro.
-Evie, ¿qué te pasó?
-¿Quieres la versión oficial? Me asaltaron unos Teds.
-¿Pero qué te pasó?
-John y yo tuvimos una discusión.
-Oh.
-Sí.
Se sentó sobre la cama, lleno de horror y rabia.
-¿Y por qué lo trajiste aquí? Espero que para asesinarlo, nos podemos quedar con su dinero e irnos a Amsterdam.
-Eres dramático, él me trajo a mí, es su manera de decir “lo siento”.
-¿”Lo siento”? No me hagas reír Evangeline.
-Olvídalo Sieg, quiero dormir.
Me di la vuelta y fingí dormir hasta que se fue, un rato después realmente sí me dormí.
Cuando desperté el departamento estaba solo, fui a la otra habitación donde los chicos habían estado platicando pero no había nadie. Sin embargo, estaba una nota pegada a la pared que leía:
“Ev, salimos a un lugar pero no tardaremos, no te muevas.
-Paul
P.D: Te moviste, ¿cierto?”
Sonreí y encendí la radio, me hice una taza de café pero aún tenía hambre y no había absolutamente nada para hacer de comer, tenía sólo un poco de dinero de Englebert pero no estaba bien gastarlo.
La puerta se abrió y entró éste con algunas bolsas.
-Comida- dijo.
-¿Fuiste con ellos?
-Cielos, no. No me malinterpretes, Jurgen es muy amable y eso pero los lugares en los que se mete...- sacudió la cabeza.
-Suenas como un abuelo.
Volteo los ojos y me pasó un recipiente con comida.
-Entonces- dije.-Amsterdam, ¿es buena inversión?
-Sí, no tienes idea. Ev, escucha...
-No.
Resopló y me miró mal.-¿Quieres salir a algún lugar?
-Claro, ¿a dónde?
-No lo sé, ellos no regresaran en un rato. Hay tanto que quiero ver contigo, es París, todo es tan elegante y sofisticado.
-Como nosotros- dije sonriendo.
-Espero que por “nosotros” no te refieras a esa bestia que llamas novio.
Me reí.-¿Desde cuando lo odias?
-Desde siempre.
A las seis de la tarde estaba sentada frente al espejo sacándome los tubos del cabello en mi intento de verme semi presentable y terminé de aplicar mi maquillaje correctamente.
-Ugh, te ves mejor que yo- dijo Sieg desde la puerta.
Era mentira, el idiota se veía magnífico, con su cabello café claro y ojos imposiblemente verdes que contrastaban con su tez blanca; todo esto puesto en un elegante traje negro.
Yo usaba mi mejor vestido, color turquesa con detalles negros, zapatos de tacón (naturalmente) y me había esforzado más de lo normal en mi cabello.
Salimos del departamento, atrayendo algunas miradas, por el solo hecho de que no se acostumbraba vestirse así en esa área.
-¿Autobús?- pregunté.
Me miró asqueado.-Buena broma.
Tomamos un taxi y fuimos al Arrondissement de Passy una de las zonas más elegantes de París, elegante y caro.
-Vamos Sieg, realmente no podemos pedir algo, mira el precio por una maldita copa de vino.
-Cállate, es lo menos que puedo hacer por ti.
-Pero tu dinero...
-No es mio, es de mi padre, y lo menos que el bastardo puede hacer es pagarnos una noche agradable.
Elegí no decir más, no se podía argumentar con él y su odio hacia su padre.
Regresamos al departamento, muy adelantada ya la madrugada; no estábamos ebrios, no cayéndonos, pero sí lo suficiente pasados para que fuera agradable.
John ya estaba ahí, dormido; me quité la ropa y me desmaquillé, y después, demasiado cansada, me metí a la cama con él y me dormí.
Desperté en la mañana, con John tocándome, y como no había nadie más en el cuarto, se lo permití y lo hicimos; no lo hacíamos desde aquel incidente y esta vez fue muy dulce y tierno.
Salimos para encontrar que Jurgen había salido a fotografiar y había llevado a Paul con él.
Siegfried estaba sentado en una mesa, leyendo Vogue y tomando café, se veía salido de esa revista.
-Mírate Siegfried, eres como una mujer- dijo John.
-Gracias John, eso es un cumplido.- respondió él, sin voltear de su revista.
-¿Como dices?- John preguntó, buscando su cajetilla de cigarros.
-Las mujeres son increíbles, no puedo creer que sean sinónimo de insulto.
John entrecerró los ojos y sonreí.
-¿Qué haces Sieg?- le pregunté.
-Nada corazón.
Me acerqué a él para ver que había re diseñado toda la portada de la revista sobre una servilleta.
-¿Cómo hiciste eso?
-Sólo lo hice.
-Es increíble.
Y lo era, pero muy en el fondo lo resentía, él era talentoso también; todos ellos lo eran, excepto yo, no sabía porqué me permitían estar cerca de ellos .
-¿A dónde quieres ir hoy?- preguntó John, interrumpiendo, puso una mano sobre mi hombro.
-No sé, ¿tú quieres ver algo?
-¿Qué te gusta ver a ti?
-Me gustan los Jardines de Versalles.
-Haremos eso, no he visto la Torre Eiffel, ¿podemos verla?
-Obviamente, debes verla.
-Vístete y vamos, podemos comer afuera.
Hice como me pidió, y lo hice rápido, porque no quería molestarlo.
-Ven con nosotros Sieg- le dije a mi amigo.
-No gracias.
-No puedes quedarte aquí todo el día.
-Sí puedo.
-Ven con nosotros.
-No quiero molestar.
-No lo haces, anda por favor, ven conmigo.
-Iré por mi abrigo.

NARRACIÓN JOHN
La idea de venir a París había sido para que Evangeline olvidara lo sucedido y pasara tiempo conmigo; lo que no había previsto era Siegfried Englebert, en el plan no estaba ese bastardo marica que parecía su sombra.
Caminaban algunos pasos enfrente mío, sumergidos en su conversación de estupideces que solo ellos entendían.
-¡Evangeline!- le gritó una chica rubia, y de ojos azules.
-¡Aliénor!- le respondió ella con entusiasmo.
Ignorando a ambos, comenzó a hablar con la chica en un francés fluido y rápido que no tenía ni esperanzas de entender.
Siegfried perdió interés rápidamente y encendió un cigarrillo.
-Heil Hitler- le dije al acercarme.
-Sabes John- sus ojos verdes eran inexpresivos.- No solo porque soy alemán apoyo a Hitler.
-Lo sé- le dije, adoptando la misma mirada inexpresiva que él.- Fue una broma.
-De dónde yo vengo, las bromas son graciosas.
-Pues de dónde tú vienes...- me detuve en media frase, no estaba bien pelear con él ahora, y menos con Evangeline cerca.
No me contestó, sólo exhaló humo y se recargó en una pared.
-Oye- le dije seriamente, en voz baja- Quería decirte algo.
-Dime.
-Realmente vine aquí con Ev porque...
-Porque la golpeaste, está molesta contigo, es natural, quieres que te perdone, que lo olvide, quieres pasar tiempo con ella para hacerla recordar que eres inteligente, romántico y encantador; pero quieres que me vaya, ¿no es así?
Me sorprendió lo franco que era, pero tenía razón, eran verdades que no quería decir yo en voz alta.
-Con mucho gusto lo haré- agregó.- No hay algo que deseé más, no puedo tolerar verte.
-¿Qué pasa contigo?- pregunté, apretando los puños.
Apagó su cigarro.-¿Respecto a qué?
-Puedes empezar explicando qué te traes con Evangeline.
-Es mi amiga.
-No, nada de esa mierda, ¿te gusta o no?
-Es mi mejor amiga, la quiero, no estoy trágicamente enamorado de ella.
-No soy estúpido, sé que te pasa algo con ella.  
-Disculpa, pareces serlo, no me has entendido bien, te explicaré: es mi mejor amiga, mejor dicho, mi única amiga, yo soy su único amigo, gracias a ti no tiene. Ella merece mejor que tu, por lo visto, pienso que merece todo lo que la vida le puede ofrecer, es bonita, es fabulosa, es inteligente; haría lo que fuera por ella, porque es mi amiga...
-Joder Siegfried, es solo una chica.
Su fachada de in expresividad se tornó agresiva, su mirada se endureció y por un momento pensé que iba a matarme ahí mismo.
-”Sólo una chica...” merece mejor que tú- murmuró.- Buen día John.
-No joder, no te puedes ir ahora, pensará que te corrí.
Pero el cabrón siguió caminando.
-John- Evangeline se acercó a mi.-¿Pero qué le has dicho?






Hello hello queridas seguidoras, o bueno, la poca gente que lee esto, he decidido regresar por razones que me guardaré, el punto es que estoy aquí, intentando escribir esto, estoy decidida a terminarlo, juro que no me daré por vencida, gracias a aquellas que me dieron ánimos (María my friend te estoy viendo a ti) y en estas "vacaciones" que me tomé se me ocurrió otra historia (si les interesa comenten y así podré subir el primer capitulo) espero y sea de su agrado al igual que este capitulo, como siempre, gracias por leer.

Wednesday 2 October 2013

Leer porfavor

Hola queridas seguidores, probablemente estén completamente enfadadas de estos "avisos" que hago y a decir verdad, yo también lo estoy; sé que siempre estoy hablando sobre cerrar la fic y el blog y dejar esto y seguramente piensen que lo hago para llamar la atención o para que me halaguen y me rueguen para que no lo cierre, pero ese no es el caso.
He estado escuchando (mas bien leyendo) ciertas cosas que dicen sobre mi, no quiero decir nombres, no quiero perjudicar a nadie, simplemente quiero decirle a esa persona, que está bien, tú ganas, no puedo ya con esto, no tengo ni el tiempo ni la energía para estar en estas discusiones que son como de primaria.
Comencé esta fic para divertirme, digo, me gustan los Beatles, escribir es bueno para mi y no esto de las fics no se debe de tomar en serio, es para divertirse, no es una puta competencia, no es a ver quien hace la mejor fic y quien tiene mas seguidores digo, ¿están viendo? es FANFICTION se supone que es divertido y es tan patético ver todo lo que están haciendo solo por esto (de nuevo reitero, no dire nombres).
Esta es la última vez que publicare un "aviso" lo juro, porque ya es la última jodida puta actualización que haré, estoy tan harta ya, no puedo seguir con esto, si lo que escribo es tan "poco original" pueden irse a leer otra cosa.
Sé que hay algunas de ustedes que realmente sí me apoyaron con esto y siempre comentan y me dan crítica CONSTRUCTIVA y a esa gente, como María y Mónica y Salma y también hubo algunas de ustedes que estuvieron al principio y ahora ya no lo están y no sé porque pero me doy una idea e igual quiero agradecerles cuando estuvieron ahí y lamento no ayudarles con sus fics.
Estoy muy ofendida y disgustada en estos momentos, ya no quiero hacer esto pero quiero agradecerles por leer, tengo bastantes capítulos que escribí, pensaba hacer de esto una novela muy larga pero como pueden adivinar ya no lo haré, si alguna de ustedes REALMENTE quiere leer y no solo lo hace por JODER puede contactarme en Facebook : https://www.facebook.com/debbie.s.mclennon y con mucho gusto les paso el resto de los capítulos.
Eso es todo, gracias por leer esta mierda.

Saturday 14 September 2013

Capitulo 57

Los 3 chicos regresaron a su conversación.
-Entonces, ¿es aquí? ¿aquí trabajas?-
-No puedes estar aquí-
-Sí puedo, un té por favor-
Se sentó en una de las mesas, soplando en sus manos a causa del frío.
Serví su té y seguí mi camino, llegué a la parte trasera donde las otras 2 chicas reían y platicaban.
-Ooh Evangeline, ¿lo estás atendiendo?-
-¿A quién?-
-A John Lennon-
-¿A ese idiota? Por desgracia, sí-
Ambas se voltearon a ver.
-Debí saberlo- dijo una.-No te agrada, obviamente no eres su tipo-
-Obviamente, no- dije.-Puedes atenderlo-
Cuando volví a salir de la cocina el cabrón estaba coqueteando con amabas.
-Evangeline, ven- me llamó la menor, Suzanne.
Me acerqué.-¿Sí?-
-Quiere conocerte; John, ella es Evangeline-
-Hola, ¿a qué hora sales de aquí?-
-Nunca-
-Termina en 40 minutos-
-¿Sé puede ir ahora?- preguntó él.
-Tengo que marcar- dije.
-Puedo hacerlo por ti- contestó Joyce de inmediato.
Había perdido, mire mal a los 3; a regañadientes les entregué mi tarjeta.
-Ve por tu abrigo- dijo John.
Salí del café para encontrarlo apagando un cigarrillo.
-¿Dónde has estado?- caminó a mi lado.
-Por ahí-
-¿Con quién has estado?-
-Con alguien-
-Déjate de juego Evangeline, no estás en posición para bromear-
-Ni tu-
-¿Qué estás diciendo?-
-Ese día en The Grapes, estabas con alguien-
-¿Y? Sólo es una chica, tú estuviste coqueteando con Johnny Byrne toda la noche-
-Eso es mentira, ni siquiera te diste cuenta de que yo estaba ahí-
Encogió los hombros.-¿Qué quieres que diga?-
Resoplé.-Déjalo ya- pasé mi mano por mi cuello.-No puedo seguir viviendo contigo-
-¿Qué diablos te pasa?-
-Y creo que... debemos terminar, ahora y definitivamente-
NARRACIÓN NORMAL
John soltó un grito de desesperación y levantó los brazos.
-¡Todo esto por una puta chica!- exclamó, causando que todos sé detuvieran a verlos.
-Baja la voz, y no es por eso, es cosa mía, no tuya-
-¿Te volviste loca? ¿Estás en tus día especiales?-
-No-
Ella siguió caminando y John corrió tras ella.
-Realmente estoy intentando no asustarte, ni gritarte, ni...- dijo él.
-Gracias, supongo- le dijo Flo, deteniéndose de nuevo.
Él la envolvió en un abrazo y acarició su cabello.
-No lo dices en serio ¿o sí?-
Florence le respondió el abrazo y besó su mejilla.
-Siento haberme portado así-
-¿Entonces estamos bien?- ella asintió- Cielos, estás loca, ¿lo sabías?-
NARRACIÓN EVANGELINE
Ese mismo día fuimos por mis pocas cosas a casa de Johnny y regresé al departamento.
Las cosas volvieron a lo más normal que sé podía entre ambos, continué acompañándolo a sus recitales a pesar de Paul; ahora él único problema era los coqueteos incesantes conmigo por parte de los chicos en estos recitales; él llamaba un poco mi atención pero no me decía más, ya que ahora sabía que era capaz de dejarlo.
Sólo hacía un comentario aquí y allá; como en una ocasión, que nos besábamos detrás de un club después de un recital.
-Escúchame- me dijo, aun mientras me besaba.-Te diré algo- subió mi falda y metió su mano, causando que yo cerrara los ojos y apretara los dientes.
-John...-
Subió sus labios a mi oído.-Eres mi chica, y si te veo con alguien más, me vuelvo loco, y te rompo tu lindo cuello, sé que no es justo, pero así son las cosas, ¿entiendes?-
En mi mente, cientos de voces de feministas me decían que los mandara a la mierda y le dijera que así no eran las cosas conmigo, pero ese no era momento para ideales, lo que estaba haciendo debajo de mi falda se sentía increíble.
-Sí Johnny-
-Buena chica-

Él día era 27 de Septiembre, tenía que ir con John a un recital, fui, pero no estaba muy convencida porque todo él día sé la pasó molesto y no iba yo a conocer a nadie ahí.
Él recital parecía ir muy mal, sólo 18 personas sé presentaron, entre ellas un rostro familiar.
-Evangeline, ¿cierto?-
Era él chico de la biblioteca.
-Sí, ese día no me dijiste tu nombre-
-Neil-
-Hola Neil, ¿vienes a escuchar a la banda?-
-No, acompaño a unos amigos, además, no les va muy bien-
Sí sé veía mal y los cuatro estaban claramente disgustados.
-Otras noches les va excelente- le dije.
-¿Los ves siempre?-
-Sí, todos los días-
-¿Los conoces?-
-Sí, John es mi...-
-Ooh con que hablando con Bess-
-Hola Terry- le dije al chico; era una molestia, lo veía en casi todos los recitales y me coqueteaba descarada y asquerosamente.
Poco a poco sus amigos fueron llegando a la mesa, uno peor que él otro; los detestaba intensamente y la mirada de John desde él escenario me decía que  ni ellos ni yo éramos sus personas favoritas en esos momentos.
Descansé mi cabeza en mi mano, quería estar en cualquier otro lugar menos ese, deseaba incluso estar lejos de Liverpool y de la escena del rock and roll que me aburría intensamente; quería hacer otra cosa aparte de seguir a John por todos los clubs del norte de Inglaterra, Paul tenía razón: era patético.
-Es hora de irte, despídete de tus amigos-
John estaba parado a mi lado, cubierto de sudor, su voz escurriendo con sarcasmo y sus ojos llenos de furia.
-No son mis amigos- dije firmemente.
Me paré de la mesa y Neil notó esto.
-¿Te vas?- preguntó, a lo cual sólo asentí- Bien, nos vemos después-
Deseé que no hubiera dicho eso; eso implicaba que nos veíamos seguido y lo menos que quería es que John pensara que me veía con alguien.
No le respondí y seguí a John y a los chicos por la calle, escuchándolos quejarse y sintiéndome aún patética.
-¿Ahora que?- dijo George-
-Yo me voy a casa- murmuró Pete Best.
Le lancé una sonrisa al chico tranquilo y él hizo igual al verme, John interceptó esta mirada y lo vi mucho más molesto.
-Vamos al Blue Angel- sugirió Paul.
-Seguro- dijo John.-Esperemos a que vengan por las cosas-
Best sé fue, no tenía tiempo para esperar a un transporte; Paul y los otros dos quedaron hablando y vi esto como mi oportunidad.
-John- tiré de su abrigo.-Me voy yo también-
-Vamos al Blue Angel- dijo en lo que sonó a una orden.-¿Por qué siempre quieres estar en ese maldito departamento?-
No sabía cómo explicarle que estaba harta de seguirlo y de ser ignorada, que no toleraba ver como las chicas sé lanzaban sobre él, que tan solo la idea de ser forzada a convivir con esa gente me hacía vomitar, que odiaba cada segundo que estaba ahí... no sabía como decirlo, así que solo encogí los hombros.
John y los demás confiaron sus instrumentos con él conductor de la pequeña van que los llevaba por todo Liverpool y subimos a un autobús, para de nuevo ser ignorada por John.
-¿Te sientes bien?-
George sé sentó en él asiento delante de mi.
-Sí-
-Te ves amarilla-
-No puedo respirar-
-Pon tu cabeza en tus piernas-
Lo miré, pensando que bromeaba pero no lo hacía.
Hice como me dijo pero igual me sentía mal, quería irme, y estaba experimentando dolor físico porque no podía hacerlo.
Llegamos al estúpido Blue Angel y sí, tal como lo adivinaron, me senté casi en una mesa parte mientras John y los demás se pusieron ebrios casi al instante. La música alta y sin sentido me taladraba en él cerebro y no podía escucharme pensar, rechacé a los idiotas que sé acercaban con palabras más fuertes que lo normal.
-¿Quieres bailar?-
George no estaba tan ebrio, y lo sabía distinguir por su sonrisa, era refrescante que alguien sobrio me hablara.
-John...-
-Ni lo notará-
Era cierto, sé había encontrado con algunos amigos.
-Lo haremos allá-

NARRACIÓN NORMAL
A pesar de lo que pensaba Evangeline, nada de lo que hacía pasaba desapercibido por John; mucho menos después de que Paul le señaló que bailaba con George.
Después de que bailaron, George, siendo la persona educada y amable que era, se ofreció a acompañarla en su mesa y se sentaron, a platicar animadamente.
-Me importa un carajo Paul- fue la respuesta de John.-Ven cariño, siéntate aquí-
Paso a una de las chicas a su regazo para después coquetear con ella.

NARRACIÓN EVANGELINE
-No puedo creerlo, ése bastardo- dije entre dientes.
-¿Disculpa?-
-Tú no, John-
Estaba sobre la zorra esa, sus manos por todas sus piernas mientras la idiota reía como la idiota que era, era obvio que él estúpido tenía una mano casi dentro de su falda.
Me paré sin escuchar a Harold, esto era suficiente, llegué a la mesa usando mi sonrisa más falsa.
-Hola chicos- dije encantadoramente, o bueno, lo más que pude.-¿Ella viene con alguno de ustedes?-
Todos sé voltearon a ver estúpidamente y sacudieron la cabeza.
-Bien, párate- le dije a ella, aun con mi sonrisa.
-¿Qué?-
-Ya me escuchaste, arriba-
Me miró, aún no entendiéndolo, y la maldita mirada de Lennon, me miraba como si me estuviera desafiando.
-Puta estúpida, párate-
Tomé un trago al azar y vertí él contenido sobre ella, quién al instante sé paró.
-A eso me refería cariño- dije tranquilamente.
Ella corrió hacia él baño y John sé paró, temblando de rabia.
-Maldita idiota- me espetó.-¿Estás loca?-
No podía contestar eso, posiblemente lo estaba. Di la media vuelta, dejando todo detrás de mi; increíblemente, él frío no me calaba, y las voces de la gente no se registraban en mi mente.
-Te llevaré a casa-
George tomó mi brazo, lo pude ver pero no lo sentía, no sabía si estaba alucinando. Tomé su mano y la apreté, quería sentirla.
-Tranquila, estoy aquí- dijo.
Llegamos al departamento y encontré la llave de repuesto.
-Me sentiría mejor si no te quedas- dijo.-Puedes venir conmigo, mis padres están enamorados de ti, no les molestará-
-Gracias, me quedo aquí, seguramente John llega hasta mañana-
Lo abracé rápidamente y entré sin decir algo, cuando cerré la puerta me di cuenta de que mi respiración era agitada, apenas podía ver bien, quizás estaba teniendo una crisis nerviosa. Me senté en él suelo, y abracé mis piernas.
El silencio que reinaba solo duró un minuto, la puerta sé abrió ruidosamente y entró John, lívido y maldiciendo.
-¡¿Dónde diablos estás?!- gritó.
Pasó a mi lado y no me vio hasta que volteo de nuevo.
-¡Ven acá!-
Ignorándolo me paré y me dirigí casualmente hacia la habitación, no fue sino hasta que lo vi de nuevo que me di cuenta de lo furioso que estaba, su rostro estaba rojo y sus labios pálidos, seguía parpadeando mucho, jamás había visto a alguien tan molesto.
Comenzó a correr para alcanzarme y fue cuando los alarmas sé dispararon en mi mente, traté de llegar primero para cerrar la puerta pero fue demasiado rápido y entró.
Con cada paso que daba me gritaba aun más y arrastraba las palabras, esto combinado con su acento hizo que no lo entendiera muy bien.
-¡George acaba de irse!- gritó.
-¿Qué insinúas? Sólo me acompañó-
-¡No me mientas!-
-Deja de gritar, yo soy la que debería estar molesta, tú eres él que estabas manoseando a alguien, eres un bastardo-
-Y tú una puta-
Automáticamente le di una bofetada, puse mi mano sobre mi boca.
-Perdón, no quise...-
Su puño cruzó mi rostro, levanté mis manos para alejar las de él pero obviamente era más fuerte.
Lo empuje pero esto solo causó molestarlo más, él en cambio me empujo y arrinconó contra la ventana.
-Eres una perra, eres un estúpida Evangeline-
Tapé mi cara con mis manos.-¿Qué estás haciendo? ¡Te estoy hablando! ¡Quita tus manos!-
-Basta, déjame en paz- dije, mi voz ahogada por él llanto.
-Así es, ¡llora! ¡Es lo único que sabes hacer! ¡Todo el maldito día estás llorando! ¡pues estoy harto de esto!-
Está vez su golpe me tomó más por sorpresa, fue directo en mi rostro y él dolor era indescriptible y agonizante, traté de hablarle para pedirle que parara pero solo lloraba y lo hacía enfadar más.
Caí de rodillas para esquivarlo, ya que no paraba y bajé mi rostro; fue cuando noté las gotas de sangre en el piso, levanté mi mano a mi cara y estaba húmedo, aunque también podía ser por las lágrimas. Puse mi mano sobre mi nariz y grité, él dolor ahí era insoportable y parecía ser de dónde estaba sangrando. Mi estómago comenzó a temblar y las náuseas se apoderaron de mí, corrí al baño rezando para que no me siguiera. Me mantuve sentada a un lado de la taza de baño, inmóvil y cayendo en cuenta de lo sucedido.
-Evangeline...- su voz temblorosa vino desde la puerta.
Apenas podía oírlo, mi cabeza iba a explotar y mi cara pulsaba con dolor, hice un mueca de dolor.
-¿Qué es?-
-Mi nariz-
-Creo que está rota, ¿puedo ver?-
Asentí y sé arrodillo enfrente de mí, tocándola un poco.
-Agárrate fuerte- dijo.
Juzgando por él crujido, la acomodé y lloré de él dolor, pero recordé que eso lo molestaba y sequé mis ojos.
-Está bien- dijo.-¿Quieres tomar un baño?-
-Quiero estar sola-
Ignoró mi petición y comenzó a llenar la tina con agua.
-Ven aquí-
Tomó mis manos y me ayudó a pararme, me quedé ahí parada, en medio del baño.
Suspiró y bajó él cierre de mi vestido y lo removió, jamás en la vida volvería a usar ese maldito vestido. Quitó mi sostén y demás, pero no había nada sexual en lo que hacía, me recordaba a cuando yo era una niña y mi madre me tenía que bañar; y aun era un niña, una estúpida niña jugando a ser adulta e involucrándose en situaciones que iban más allá de lo que era capaz de manejar.
Mientras estaba en la tina, deje que mi mente navegara y pensara en cosas tontas como lo que estaba haciendo Pete o lo que había hecho Agatha de cenar.
-Florence- susurró John.
-Hm-
-Lo siento-
-Sí, está bien-
-No, realmente lo siento,  perdón, te amo, te amo más que nada, ¿sabes eso? te amo-
Lo miré directamente a los ojos.
-Te amo John, he dicho que está bien-
Después de él baño estaba acostada en la cama, mirando él techo; nadie jamás me había golpeado en mi vida, ni de broma. Siempre había intuido que algo así pasaría, era su temperamento, aunque esto no lo libraba de nada, lo había hecho y me había lastimado, no solo físicamente y no sabía qué hacer al respecto. ¿Dejarlo? quizás esta vez: no.






Sé que había dicho que subiría desde antes pero soy una floja y debía corregir muchas cosas en este capitulo y no había querido hacerlo porque lo reitero: soy una floja. 
Lean y comenten, espero y sea de su agrado, ya saben, la crítica constructiva siempre es bienvenida.